14 | julio | 2023
Querida comunidad:
¿Cómo están? ¿Cómo reciben este viernes?
Yo sigo sin poder creer lo rápido que pasa el tiempo, lo intenso que ha cambiado el clima en CDMX y lo cerca que estamos ya de Navidad (sé que esto suena medio exagerado, mas créanme que eso va a ser en un santiamén jaja. Ya hasta me voy a poner a tejer y todo jajaja).
Esta entrega tiene una historia, que como siempre, me dejó una reflexión que quiero compartir con ustedes: incluye rabia con los humanos, rabia con los animales, pesar, mucho pesar, violencia, impotencia y al final un final feliz por el momento...
Resulta que el lunes iba caminando en el parque con Pepper, muy temprano en la mañana antes de empezar mi workout con mi hermana. Y de pronto veo un husky amarrado a un árbol. No pude acercarme porque el perro vio a Pepper y gruñó.
Terminó la clase, desayuné y bajé a ver qué onda con el perro, a ver si habían ido por él, si seguía ahí o qué.
Llegué y había policías y vecinos, viendo qué hacer con el perro porque lo fueron a botar ahí en la madrugada. El perro era agresivo, no dejaba que nadie se acercara lo que dificultaba muchísimo que alguien se lo pudiera llevar, dar resguardo, etc.
Empezamos a buscar soluciones, una vecina le llevó comida, otra agua, otra más se ofreció a pagar una pensión, otra más llamó a un entrenador de perros para ver si con él se dejaba cambiar la correa (estaba amarrado con un cable y luego le pusieron un lazo).
La única persona a la que le hacía caso y le movía la cola, la única que lo acarició fui yo. De hecho, en un momento se enredó demasiado en el árbol y caminando, me siguió y así logré que se desenredara.
Empezó a confiar en los demás, pensamos que sólo era cuestión de tiempo que se dejara manipular para llevárnoslo. Teníamos ahí 2 horas, haciendo llamadas, viendo si conseguíamos cámaras para localizar a los dueños y denunciarlos, y bueno, un show.
Hasta que Alberto, el señor que estuvo ahí casi todo el tiempo, se acercó a ponerle agua. El perro volteó y lo atacó. Le mordió el brazo súper feo. Terminó en el hospital con antibiótico.
Me enojé muchísimo, me puse súper triste, me dió demasiado pesar porque ahí me di cuenta que no lo podríamos ayudar.
Y aquí viene la primera reflexión de ese día:
Recordé que no importa qué tanto pesar me dé una situación o una persona o un ser, NADA NI NADIE está por encima de mi seguridad y la de mi familia (o sea Pepper).
Que no me voy a volver a arriesgar a que alguien (un animal o un humano) me ataque por ayudar. Y esto no quiere decir que no voy a volver a ayudar, sino que voy a ser más prudente.
La segunda reflexión llegó después de que se me bajó el enojo con el perro, yo le decía "sólo queremos ayudarte".
Nadie puede dar lo que no tiene.
Ese perrito desafortunadamente tenía mucho miedo, seguramente lo golpeaban, seguramente vivió amarrado gran parte de su vida en condiciones terribles.
¿Cómo podía reaccionar con amor y docilidad cuando tal vez nunca tuvo amor?
Esto aplica para perros, gatos y humanos.
¿Por qué esperar que los demás se comporten a la altura de una actitud o una acción que no conocen?
¿Cómo alguien puede ser honesto, responsable, comprometido si no conoce lo que la honestidad, o la responsabilidad o el compromiso?
¡¡¡UUUUFFFF!!!
Creo que a todos nos ha "mordido" un perrito herido y con miedo cuando sólo queremos ayudar.
¿A qué me refiero?
Que TODOS hemos sido esa novia (o novio), esa amiga, hermana, mamá, hija que quiere ayudar a alguien que no sabe recibir amor porque la única forma que conoce de amar es golpes, mentiras, abandonos, traición.
Y al final terminamos mordidos, en terapia, mentando madres y con el corazón roto.
Por eso, recomiendo recordar el primer punto de este correo: nada ni nadie está por encima de tu bienestar.
Como sé que este tema de ayudar y salir heridos es SÚPER común, se viene toda una serie de entregas en el News para hablar largo y tendido sobre el tema. ¿Qué les parece?
Bienvenida a tu vida iluminada. 🫶🏼💫
Gracias por estar aquí,
Ale
Comentarios