29 | diciembre | 2020
Querida comunidad:
Yo estudié Marketing porque compré la idea que me vendieron de que estudiar algo que medio me gustara y que me diera trabajo “seguro” era todo lo que necesitaba para hacerla en la vida.
Acepte y compré la idea de que para lograr lo que quieres tienes que trabajar duro.
Y en este contexto, fue de las primeras veces que fui escuchada por el Universo, porque yo te manifesté. Yo quise trabajar en un corporativo grande. En una oficina bonita en Santa Fe, CDMX y lo manifesté.
Ya tenía el trabajo perfecto, justo en cuanto salí de la universidad. Ahora sí empezaba mi vida. Empecé ganando muy poquito, pero pues normal porque iba empezando. No quedaba otra opción mas que seguir trabajando duro para crecer dentro de la compañía o adquirir suficiente experiencia como para irme a otra.
Al año, me mostraste que al estar ahí estaba vendiendo por 3 pesos mi libertad: iba todos los días, en un tráfico que no me gustaba, con gente que no me caía bien a hacer algo que no me gustaba.. .y pasaba ahí la mayor parte de mi día.
Te odié porque me mostraste lo desleal que estaba siendo conmigo misma al aceptar ese pago, al aceptar perder ahí más de la mitad de mi vida y a aceptar las retroalimentaciones injustas de jefes abusivos.
Te odié porque vi cómo corrompes la gentileza y el amor de las personas para sacar su peor versión: la versión que tiene tanto miedo de perder que no le importa pasar por encima de quien sea, que no le importa ser vil con tal de permanecer en la gerencia o en la dirección.
Pero te doy las gracias porque desde el inicio me mostraste quién eras para yo poder decidir libremente no estar ahí. Te doy las gracias porque nunca me mostraste los motivos para quedarme, al contrario, para ti siempre fui el bicho raro y esto me abrió los ojos para darme cuenta todo lo que podía aportar al mundo desde otro lugar.
Gracias por todos los aumentos que no me diste, gracias por todas las puertas que me cerraste y por todos las posiciones que no me diste, porque gracias a eso me di cuenta que yo no era para ti. Gracias porque me obligaste a ser lo suficientemente valiente como para irme sin mirar atrás.
Hoy me reconozco y me doy las gracias por haberte creído todas las retroalimentaciones que recibí de que para ese trabajo yo no era una persona calificada y sí, creo que nadie esta calificado para ganar tres pesos y pasar 10 horas en una oficina más 2 horas de tráfico. Nadie esta calificado para dejar de lado puentes, vacaciones y días festivos por hacer presentaciones para un manager global.
Gracias porque me dejaste cero ganas de regresar a ti y gracias porque me has mostrado todo lo que no quiero para construir en mi vida lo que sí quiero que es:
trabajar con personas amorosas y gentiles
trabajar desde donde quiera y como quiera
el no tener que ir a una oficina en el peor tráfico del mundo
trabajar por un objetivo ulterior mayor que sólo vender yogurt
Gracias porque me mostraste todo lo que está horrible del trabajo para crear un proyecto que me permita cambiar mi historia y también la historia de todas las personas que lleguen a trabajar en Mi vida iluminada.
Pero, sobre todo, gracias a la única persona que creyó en mí cuando incluso yo no terminaba de hacerlo: gracias Aranza, mi última jefa. Ella vio en mí al árbol dentro del edificio: sí muy cool para el edificio tener un árbol, pero qué pérdida de vida del árbol en ese entorno que no lo deja ser, ni crecer.
Gracias Aranza, te estaré eternamente agradecida.
Querido trabajo de oficina: Gracias y hasta NUNCA, ojalá algún día dejes de tener tantos jefes y empieces a tener líderes.
Bienvenida a tu vida iluminada. 🫶🏼💫
Gracias por estar aquí,
Ale
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