19 | abril | 2024
Querida comunidad:
¿Cómo están? Yo les escribo escuchando esta playlist que le canto a Peppi todas las mañanas. 💗
Les cuento que hoy en la mañana leí en DMs a una chica que me contó a grandes rasgos su camino de sanación, y cómo tomó herramientas de aquí y de allá hasta estar en el punto en el que está el día de hoy.
Me contó que se inscribió al curso de Mujer Abundante de Mariana Patiño, que ha sido mi coach y que me ayudó mucho a pavimentar el camino de lo que hoy es Mi vida Iluminada.
En la respuesta que le di, entre todo lo que le escribí, le puse que me daba demasiado gusto que tomara un curso con ella, que su vida estaba por elevarse muchísimo. Cuando leí la respuesta me di cuenta de que verdaderamente lo que le dije venía de un gusto genuino y pensé "qué padre poder sentir esto, qué padre alegrarme porque la gente tome programas, los que sean y qué padre saber que hay alguien que se alegra cuando sus alumnos toman programas conmigo".
Lo que me lleva a la reflexión 1 de este correo:
Cuando te alegras por el bienestar de los demás, cuando sientes una alegría genuina por el éxito de los demás, lo que haces es reconocer que eres UNO con el todo; reafirmar de manera inconsciente que todos somos uno, que el éxito del de enfrente es también tu éxito, porque si el está abriendo esas posibilidades y tu las estas viendo, quiere decir que están disponibles para ti.
Ahora, he estado muchas veces en ese lugar en el que me da envidia el éxito del otro, en el que digo "¿Cuándo me va a llegar a mí eso por lo que he trabajado tanto?" Y sentir desde enojo hasta resignación de decir "eso no me va a pasar en esta vida".
Esos pensamientos vienen de una inseguridad muy grande y de una desconexión total de la magia, del amor del Universo. De una desconexión absoluta de la certeza de que nuestro camino está bien guiado y bien sostenido y de que en nosotros existe la sabiduría que puede llevarnos a abrir todas esas puertas que hoy vemos imposibles e inexistentes.
Cuando reconectas con esa certeza, sabes que el éxito del otro no implica en lo más mínimo que eso te reste éxito a ti, ni que haya menos oportunidades disponibles para ti, porque aquí te va la segunda reflexión:
Nadie puede quitarte lo que te corresponde por derecho divino.
Y aquí puedes preguntarte:
¿Qué me corresponde por derecho divino? ¿Qué tal si lo que me corresponde a mí es menos de lo que le corresponde a los otros? ¿Qué tal que en la repartición de "derechos divinos" a mi me tocaron 3 cositas chiquititas?
Lo que te corresponde por derecho divino no es material, sí, se refleja en lo material, mas lo que te corresponde por derecho divino a ti, a mí, a tu mamá, a tu amiga, a tu peor enemigo es lo siguiente:
plenitud, paz, amor inmenso, compasión, gratitud, fe
Lo anterior son sentimientos (ojo, no emociones) ulteriores. Y ellas nacen de la profundidad de tu corazón y cuando conectamos con ellos nuestra experiencia material se expande. Nuestra experiencia humana se hace más placentera porque solo hacemos match energético con aquello que expande esa plenitud, esa paz, ese amor.
Cuando te alegras por el éxito de los demás, cuando sientes inmensa gratitud por el camino andado (aunque todavía no estés donde quieres estar), estás recuperando lo que te pertenece y que por tanto tiempo le has regalado al miedo.
Ahora, aterrizado al mundo material:
El éxito, la riqueza, la vida maravillosa que quieres, que ya está llegando, es TUYO y nadie, ni el éxito del otro, ni que el otro te copie, ni que hablen mal de ti, ni que "te tengan envidia" puede quitártelo. ¿Por qué? Porque es TUYO y nadie puede quitarte lo que te corresponde por derecho divino.
Visto desde este lugar, ¿Qué tontería envidiar el éxito, la riqueza, la buena fortuna del de enfrente no? Porque ni todo el éxito que percibamos de él puede quitarnos el éxito, la riqueza y la buena fortuna que nos corresponden.
Vivimos en un Universo abundante, solo tenemos que recordarlo. 💗
En fin, gracias inmensas por leer hasta acá, gracias por estar en este News.
Los abrazo inmenso. 💗
Gracias por leerme,
Ale
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