Querida comunidad:
¡Feliz viernes! ¿Cómo los encuentra este fin de mes? Yo estoy muy feliz de llegar a sus correos como cada viernes, les quiero agradecer como siempre por leer esta entrega y también por escribirme en privado compartiendo sus procesos y sus buenos deseos. Gracias de verdad por ser parte de esta comunidad
Aquí les va la actualización de mi proceso, es la última entrega de diarios de una crisis, porque para mí vienen los diarios de recuperación, de RISE AND SHINE, y claro que se los compartiré también.
Pues lo que yo sentía como una confusión y una incomodidad con la vida en general que no sabía qué era, es en realidad un proceso de duelo que estoy viviendo y que no había reconocido.
Esto se los cuento en el episodio del podcast que salió hoy y pueden encontrar aquí:
Full Story:
Mi Harry anda con una colitis brutal, y pues el lunes, en terapia llegamos al descubrimiento que yo no me había dado permiso ni tiempo de llorar mis duelos, que traía una tristeza que se expresaba como desmotivación, desinterés, periodos de ayuno muy largos, y claro, muchísimo trabajo en la escuela de MVI para no mirar lo evidente (también yo me evado, tampoco a mi me gusta sentir y por eso los entiendo tanto cuando pasan por esos procesos).
El darme cuenta de esto ¡¡¡uufff!! abrió un dique de lágrimas en mí, de permitirme sentir todo lo que no había sentido, de llorar y llorar. De darme tiempo de parar y cocinarme. De comer, de mirarme, de escribir y contemplar más en presencia que nunca.
Saqué una cartita de los ángeles en la que me aconsejaban pedirle al arcángel Uriel trabajar conmigo en sueños. Así lo hice.
¿Qué pasó?
Desperté sintiéndome como nueva. De pronto tenía otra vez ganas de crear, de comer, de recibir la vida, de disfrutar y sonreír. Me dieron ganas otra vez de escuchar a Taylor Swift y poner mi playlist de música feliz.
Desperté y le dije a Harry "¿Sabes qué? ya no quiero vivir un día más sin ganas de estar bien, a partir de hoy, con tristeza y todo, con duelos y emociones, voy a estar bien".
Y pues ha sido demasiado bello sentir que algo encontró su lugar en mi, algo así como la pieza que hacía falta.
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