Ser humano es toda una aventura en la que lo que puede ser más obvio y sencillo se convierte en lo más complejo y viceversa. “Sentir” es uno de esos temas complejos y que no sé si algún día terminemos de dominar, ya que existen un montón de creencias y percepciones sobre el sentir que nos causan más sufrimiento que el sentir mismo. Así que por eso, te comparto lo que he aprendido sobre la paz y cómo el sentir es muchas veces el camino hacia la tan anhelada paz.
SIENTE.
Cuando no experimentamos paz, es porque tenemos una acumulación de emociones que no hemos permitido sentir, tenemos “tráfico emocional” por así decirlo, y la única forma saludable de lograr estar en paz es sentir, así que toma papel y pluma y empieza ponerle nombre a eso que sientes. Cuando lo nombras y lo identificas le das permiso de expresarse, por lo que es normal que te den muchísimas ganas de llorar, de gritar, de hablar.
Te sugiero que hagas lo que tu corazón te pida: llorar, gritar, seguir escribiendo. Si sientes nudo en la garganta o el estómago canta, y respira, visualizando cómo se va la emoción. A veces una sesión no es suficiente, así que dale tiempo. Has guardado tanto por tanto tiempo, que una tarde de lloradera no es suficiente.
RECONÓCETE VULNERABLE.
Lo que más miedo da de sentir es percibirnos vulnerables, en peligro de ser lastimados, sentirnos “débiles” y reconocer que lo que según no nos importaba si nos importa, sé gentil contigo y reconoce que no importa que sientas ESTA BIEN, que tienes permiso de sentir.
ESTAS SEGUR@ SINTIENDO.
Dentro del huracán de emociones, recuerda que estás segur@ sintiendo, que aquel suceso por el que estás sufriendo ahorita no existe más que en tu mente, y no puede volver a hacerte daño. Lo que sucedió en el pasado ahí está.
AHORA SÍ, PARA TI ¿CÓMO SE SIENTE LA PAZ?
La paz es ese sentimiento que está debajo de toda emoción, esa certeza inamovible que nos recuerda que aunque estemos en un huracán de emociones todo está bien. Yo lo veo como cuando estás en el mar y viene una ola, que en lugar de darle la espalda cuando está por romperse, nos sumergimos y entonces sólo sentimos el movimiento de la ola pasar sobre nosotros sin alterarnos, salimos del agua y listo, seguimos teniendo bikini y no nos estamos ahogando jaja.
Podemos experimentar paz mientras lloramos, mientras estamos enojados, decepcionados o en un ataque de risa. La emoción es la ola, y la paz lo que sucede cuando nos sumergimos en ella. No estamos exentos de sentirla, sin embargo, es nuestro lugar seguro en donde podemos sentir sin ser revolcados, ahogarnos y perder el bikini y la dignidad jaja.
La única forma de que sientas cómo es la paz para ti es permitiéndote sentir, así que como diría mi amiga colombiana: berraquita mi´ja (o berraquito mi’jo), o sea “valiente mi’j@, que de sentir nadie se muere.
Honrándonos,
Ale Karam
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