15 | diciembre | 2023
Querida comunidad:
¿Cómo están? ¿Han disfrutado recibirnos en sus correos estos días pasados? Yo pensé que no podía llorar más esta semana y cuando leí los correos de Nuri y Made LLORÉ MÁS jajaja.
Les cuento que esta semana falleció mi nana, la señora que nos cuido a mí y a mi familia durante 30 años (si escuchan los episodios del podcast del año pasado tienen un poco más de contexto). Está demás decirles que hoy les escribo con el corazón roto y con muchas preguntas hacia Dios.
Hoy que en esta entrega tenía planeado hablarles sobre la divinidad que vive en cada uno de nosotros.
Es una de las peculiaridades que tiene mi trabajo, mi escuela y el camino de vida que he elegido. Cuando digo "quiero hablar sobre sanar relaciones", entonces llega Dios y dice "perfecto, aquí te va a esta experiencia para que consideres todas las aristas sobre este tema".
Este día yo esperaba escribirles con el corazón lleno de gratitud sobre Dios y hoy no siento gratitud, por el contrario, me siento enojada. Y durante toda la mañana estuve pensando retrasar esta entrega, no escribirla. Algo en mí dijo: "Escríbela como te sientes hoy, que eso también es tener una relación con Dios, sentir ese enojo y esa incomprensión".
Así que aquí vamos:
Navidad es el momento en el que celebramos y recordamos que la Divinidad que creo al mundo y que envió a la Tierra a un ser como Jesús, habita dentro de los corazones de todos y cada uno de nosotros.
¿Cómo así? ¿Cómo que la divinidad habita en nosotros y no es un señor barbón y túnica que nos juzga desde arriba?
Una de las teorías o perspectivas de este mundo espiritual que más me gusta (y OJO, digo teoría porque al final es un tema de fe. No hay nada comprobado científicamente, así que es fe total y absoluta; yo elijo creer. 💗) Bueno, esta teoría dice que Dios creó a los seres humanos para poder experimentarse a sí mismo.
Que cuando Dios creó el Universo, y los planetas y la Tierra no podía experimentar su creación, así que se creó un cuerpecito para poder experimentar, por lo menos, los placeres terrenales. ¿Qué cool no? Crear un cuerpecito para salir a jugar. 🙂
El tema es que a los seres humanos se nos ha olvidado que somos más que el cuerpecito. Que somos más que las percepciones que tenemos sobre nosotros, los demás y la vida.
La buena noticia es que tenemos muchos recordatorios de esa divinidad dentro de nosotros. Esa divinidad se manifiesta cuando experimentamos los sentimientos más elevados como lo son la gratitud, el amor hacia los demás, hacia ti, hacia la vida. Cuando eres capaz de mirar a otro ser vivo y reconocer su existencia, su ser y su esencia.
La divinidad se manifiesta cuando nos sorprendemos y nos conmovemos con un atardecer, con una flor, con animalitos bebés. Cuando sentimos hermoso en el corazón al escuchar una canción, cuando sentimos que el corazón nos va a explotar de amor.
La divinidad se manifiesta cuando, a pesar del dolor y la oscuridad que estamos atravesando, hay una vocecita dentro de ti que te dice: "Todo esto tiene un propósito aunque no lo puedas ver, hay luz más allá de esto".
La divinidad se manifiesta cuando despertamos todos los días, uno tras otro, sin importar lo que estemos atravesando.
Es eso que nos hace seguir adelante un pasito cada vez.
La Navidad es celebrar la conciencia que tenemos de esa divinidad que vive dentro de nosotros. Es reconocernos uno mismo con el Amor, la Gratitud y la Paz. Y no solo eso, sino ejercer nuestro derecho divino de SER Amor, Gratitud y Paz.
Esta Navidad te invito a que no importa qué pase fuera de ti, qué circunstancias externas te rodeen, recuerdes que más allá de tus emociones (miedo, tristeza, melancolía, enojo), hay algo más grande, mas luminoso y más ligero que tiene el poder de transformarlo todo. 💗
Gracias por leerme,
Ale
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